domingo, agosto 20, 2006

THE STATION AGENT


Esta tarde he visto una película, Vías cruzadas (The Sation Agent), y me apetece hablar de ella por dos motivos principales.

Por un lado, es un claro ejemplo de cómo sin grandes presupuestos se puede conseguir hacer una pequeña gran película, que refleja de una forma muy entrañable y humana ciertas realidades de la vida. Además el peso recae, más que en los diálogos, en la interpretación y en los silencios que comparten los protagonistas, personajes dispares que desarrollan vínculos muy íntimos.

Por otro lado, lo que me ha hecho reflexionar. Para poneros un poco en antecedentes, sin intención de destripar la película, decir que el protagonista es un enano arisco y marcado por su condición física. Hay gente que le mira, que se ríe, que cuchichea a su paso. Hay otros que lo tratan con total normalidad, e incluso rompen ciertos tabúes preguntándole cosas tipo “¿alguna vez has tenido sexo con una persona de tamaño normal?” (el que quiera saber la respuesta ya sabe, que vea la peli). El caso es que el transcurrir de la historia me ha hecho pensar en si yo podría enamorarme de una persona enana. En teoría el amor nace donde menos te lo esperas y, desde mi punto de vista, es perfectamente posible sucumbir ante una personalidad que te resulte atractiva, convirtiendo en atractivo todo lo demás… ¿pero hasta qué punto? El hecho de pensar que existen ciertas barreras que quizás yo no podría “derribar” me ha hecho sentirme mala persona. ¿Soy mala persona?

En fin, ralladas aparte, os la recomiendo.

4 Comments:

Blogger El Tipo de la Brocha said...

En verdad es muy raro sentirse atraído por alguien que, a simple vista, no nos parece físicamente atractivo; pero cuando uno empieza a conocer realmente a esa otra persona y descubre algo dentro de ella que le hace sentir mejor, todo puede cambiar.

El hecho de pensar que jamás podrías querer a alguien con determinada tara física (o psíquica) no te convierte en mala persona. Es más, que algo así te preocupe demuestra que vas un paso por delante de aquellos que ni siquiera se lo plantean.

1:37 p. m.  
Blogger Marikuki Lucas said...

No sé muy bien cómo explicarlo, pero la conclusión a la que llego es como si en ciertos casos fuera necesaria la solidaridad o la caridad (quitando la connotación cristiana)ante ciertas personas que a priori se consideran inferiores o no normales. Todos tenemos derecho a ser amados. Por eso me resulta injusto, pero sin embargo, al final soy como el resto.

En fin, tu enfoque me hace sentir un poquito mejor, te lo aseguro :)

8:16 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo pienso que podría enamorarme incluso de dos enanas, siempre que las dos, puestas una sobre otra, me llegaran a mi altura.

Qué comentario más prescindible.


OLI I7O

12:19 a. m.  
Blogger Marikuki Lucas said...

Qué va, Olivares, ha sido muy bueno!... de todas formas, es que tu altura no es nada fácil de alcanzar; la intelectual, claro ;)

1:31 p. m.  

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