BUSCANDO LECHUGAS

Es la una y media de la mañana y estoy más fresca que una lechuga… y eso que no he dormido siesta (supongo que podría meterme en Google y buscar una imagen de una lechuga y decorar un poco este post, pero a estas horas de la madrugada creo que paso)

Las noches de insomnio supongo que tienen su punto, pero cuando vienen acompañadas de madrugones ya no me ponen tanto, así que ahora mismo estoy entre un me pongo o no me pongo un tanto extraño. Sólo sé que me apetece fumar sin parar (aunque por no comprar tabaco se lo estoy cogiendo a mi padre, y de fumar Light a fumar Marlboro no sólo voy a acabar con ojeras, también con la garganta destrozada).

Es cierto que en este momento se me ocurren un par de buenas ideas que seguro me harían caer en un sueño profundo y relajado (sobretodo relajado), pero ninguna de ellas está a mi alcance, así que más vale no pensar… ¿cómo se desconectará la cabeza? ¿alguien lo sabe?

Vale, no he podido evitarlo y he buscado una lechuga con la que me sintiera identificada… creo que es lo más ridículo que he hecho en mucho tiempo, y mira que el listón estaba alto. Miremos el lado positivo; me voy superando por días.

Presumo que ahora voy a encender la radio, a escuchar Hablar por hablar y a repetir la experiencia de ayer… esto parece la peli del día de la marmota!!!

Supongo que habréis visto Atrapado en el tiempo, gran clásico donde los haya… Siempre he pensado que, aunque desesperante, me encantaría tener la oportunidad de repetir un día tantas veces como hiciera falta hasta que todo fuera perfecto (y más si terminas con la chica en la cama!). Pues mira, con la tontería ya sé en que pensar. En vez de contar ovejas, que parece un método un poco desfasado, voy a pensar en lo que querría para mi día perfecto, a ver si llego a alguna conclusión.

Qué queréis que os diga, cada uno se entretiene con lo que puede… aunque sea buscando lechugas.