HOJAS DE RECLAMACIONES
Esta mañana al despertar me he encontrado encima de mi mesa una montaña de papeles: hojas de reclamaciones. Al principio me he quedado un poco desconcertada, así que he decidido ir a la ducha y darme un baño de mimos antes de enfrentarme a un nuevo día.
Estimada Kuki,
Somos tus recuerdos y venimos a quejarnos. Ya no podemos soportarlo más. Nos estamos viendo sometidos a un exterminio masivo y creemos que esta situación ha llegado a un punto insostenible. ¿Por qué nos estás echando de tu memoria?
Fdo: La sonrisa de plenitud del 2001,
El orgasmo sordo del 2004 y
La ansiedad contenida del 2006,
en representación de la Comisión
de Recuerdos Unidos.
Llegaba tarde al trabajo, así que he vuelto a salir y les he comunicado que, hoja a hoja, leeré todos sus comentarios y quejas, prometiendo una carta explicando la situación y, por qué no, proponiendo una solución… quizá ha llegado el momento de convivir. No les ha sentado muy bien tener que seguir esperando, pero tampoco creo que vaya a ser fácil para mí leer todo lo que tiene que recordarme cada uno de ellos. Así que estamos empate.
5 Comments:
...y no tienes un poco de miedito?? No sé, después de las reclamaciones puede venir el amotinamiento, la rebelión... y ya sabes, con las rebeliones siempre rueda alguna cabeza y... no me gusta la posibilidad de que pueda ser la tuya ;-)
Fdo. La Santísima Trinidad
Así que la Santísima Trinidad!!!! Esa sí que es una buena pista :) ... Parece que los misterios se van resolviendo.
De la reclamaciones... el ambiente está crispado pero creo que podré hacer algo (más que nada porque, y sin que ellos me oigan, creo que tienen razón).
Besitos
kuki
Trabajé durante unos meses en una de esas oficinas que ponen las administraciones para que los ciudadanos, tras una lloriqueada pataleta, vayan a presentar una reclamación. Los primeros días me vi agobiado, impotente e, incluso, avergonzado por no poder atender a tantas reclamaciones contra la compañía telefónica, contra la tintorería, contra el constructor inmobiliario, contra muebles Martínez o mercería Pepi. Daba igual lo que hiciese cada día, al final del día me sentía devorado por las miles de reclamaciones pendientes sobre mi mesa. Al cabo de tres días reparé en un señor que ya peinaba canas, cercano a su jubilación, con un cutis adolescente o de L´Oréal, vaya, sin cara de sobresaltos, que cada día ponía los pies encima de la mesa y se ponía a leer el periódico. Una mañana, de tanto observarle, él se percató. Bajó los pies de la mesa, plegó el periódico y me miró fijamente: ¿te sientes agobiado? No trates de hacerte cargo de tus reclamaciones, simplemente archívalas, te llevará unos minutos al día y tendrás a los usuarios contentos: así te vengan a preguntar tu le enseñas su reclamación archivada en una carpeta. Les tranquiliza y les contenta.
Mi consejo, desde entonces, fue y será: archiva las reclamaciones, en orden y al alcance de la mano. Pero no las tramites, bajo ningún concepto.
Y un buen medio de archivar tus recuerdos en un blog. De eso me valgo yo.
Apoyo el consejo de don Alberto Fracaso. Guarda tus recuerdos y déjalos atrás, mantén únicamente el aprendizaje de la experiencia.
Rocío Jurado es la más grande??? Por encima de mi cadáver!!!! Bueno, mejor dicho, por encima del suyo (estoy introduciéndome en el humor negro). La más grande eres tú!!!! Eres una líder nata de Kukiland, porque tú lo vales
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