INTRODUCCIÓN AL MANUAL DE LA DUDA (I)

Cuando no sabes lo que decir… ¿qué dices? Habrá quien piense que esta es una chorrada de pregunta, y no voy a ser yo quien lo niegue, pero, en serio, ¿qué dices? Por ejemplo, cuando soy yo la que tiene que empezar a hablar, y no sé qué decir, me pongo nerviosa y me da la risa. Lo cual no es realmente gracioso, porque habrá situaciones en las que una sonrisilla aporte buen rollo y naturalidad; pero ¿y en esas situaciones en las que reírse es una falta de respeto, en las que en un manual de “qué hago ahora” estaría en el último lugar? Pues yo me río.

Cuando no sabes lo que decir… ¿qué dices? Habrá quien piense que esta es una chorrada de pregunta, y no voy a ser yo quien lo niegue, pero, en serio, ¿qué dices? Cuando alguien mirándote a los ojos te pregunta algo a lo cual ya de antemano sabes que no puedes/debes responder, ¿qué dices? Y claro, ahí no te puedes reír porque la cagas, y yo en mi caso tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano para poner cara de póquer (esta cara es la número uno del manual de “¿que qué haces ahora? Pues mentir, coño, mentir”). No sé si tengo muy controlada la comunicación no verbal.

Cuando no sabes lo que decir… ¿qué dices? Habrá quien piense que esta es una chorrada de pregunta, y no voy a ser yo quien lo niegue, pero, en serio, ¿qué dices? Cuando el dolor de cabeza dice una cosa (algo que va más allá de “por favor, este fin de semana no. Para de beber”) y la arritmia otra (en este caso más bien ligada a una noche con dos paquetes de tabaco fumados), ¿qué dices? Porque si eres fiel a una de ellas, estás pisando a la otra, pero es que si haces un “melange” entre las dos, estás traicionando a ambas. Y cuando no vale reírse ni poner cara de póquer…

Por favor, necesito que alguien escriba el manual de "A tomar por culo. Esto es lo que hay y esto es lo que digo"