VIVIENDO EN EL IMAGINARIO

Mañana gris y yo, que no lo puedo evitar, ¡que a mí estos días me gustan!... aunque hoy no estaba yo muy preparada para esto. He dormido fatal (como siempre que viene la primavera… he leído que es por el aumento en las horas de luz, que hace que el cerebro segregue una sustancia que… bueno, a mí me vuelve un poco más loca todavía) y me apetecía luz y calorcito, que me invitaran a alegrarme porque mañana es el día del bando (por fin!). Así que he decidido cambiar a Mafalda de mi fondo de pantalla por un papel tapiz de colores que me alegre el día.

Como definió un amigo (Perico, ¿tú eres mi amigo o los amigos de Javi no son mis amigos ;)?), esto es el “imaginario” de kuki, y me gustó la definición; así que ahora voy a hacer gala de la definición de “imaginario” (RAE; Mundo irreal, fingido por la fantasía. Que sólo existe en la imaginación) y voy a volar por él un rato.

Estos días me gustan, y cuando a uno le gustan las cosas no le gusta estar en el trabajo, sino disfrutando de ellas. Así que si yo pudiera elegir (conceptualmente esto está mal, siempre se puede elegir y podría coger y largarme, pero no vamos a entrar en esto ahora) ahora mismo seguiría durmiendo… mi edredón es muy calentito y eso me gusta. Después me pegaría una ducha larguíiiiiisima disfrutando del agua caliente porque sé que fuera hace fresquito. Con el pelo mojado y oliendo a limpito, olor rico rico, pondría música (probablemente Boys don’t cry, de The cure, seguida de Confusion de Cycle… la canción garajera del momento!) y, pues sí, seguro que me pondría a bailar yo sola en mi salón. Después, que ya estamos hablando de la hora del aperitivo, escogería una buena compañía (alguna me ocurre, sí) y subiría al QUITAPESARES (La Fuensanta) a tomarme una cervecita y unos caballitos mientras todo el cielo está encapotado y gris (y además hace fresquito y tengo que llevar una chaquetita, mmmmmmmmmmmmmmmmm, genial). Y, ahora el gran momento de estos días… sofá, película y mantita. Hoy vería, no sé, creo que algo tipo Mulholland Drive o Cómo ser John Malkovich. Y hasta aquí puedo leer.


… Ya he vuelto, y aunque quién lo diría tengo muchísimo trabajo. Voy a por un café de máquina. Esto es la realidad. Pero gracias por acompañarme en este mini viaje de imaginario.