SOY UN TRISTE JUGUETE DEL DESTINO!

Habrá algún proverbio chino que recite algo tal que “si planeas ya sabes que no te saldrá nada de lo planeado”? (en significado claro, seguro que sería una frase elegante y mística… Quizá algo tipo Si quieres tus aves echar a volar, no las sueltes que no se irán :S). Da igual, lo digo yo. Eso es así. Estadísticamente las últimas tres veces que he planeado algo ha ocurrido todo lo contrario, porque la Ley de Murphy existe… y si crees que nada puede ir peor, es porque algo te has dejado en el tintero. Pero bueno, tampoco quiero ser melodramática… “Sonría. Mañana puede ser peor”.

Sin embargo, también es cierto que el destino muchas ocasiones es caprichoso, cabrón… aunque a veces acierta. En mi último “venga, planeo… vaya, otra vez se ha jodido todo” creí ser Romeo gritando al viento “¡Soy un triste juguete del destino!”… ¿Por qué siempre me pasa esto a mí? Después de fustigarme unos 4 minutos y 17 segundos decidí que lamentarse tampoco era la solución… mirad cómo acabó Romeo, no digo más. Re-enfoqué la situación y sí, lo he conseguido. Ahora sé que el destino me ha hecho un favor y mis planes eran los equivocados. Bueno, eran mis planes… y el que no se consuela es porque no quiere… Y a falta de pan, buenas son tortas… Y en tierra de ciegos el tuerto es el rey (o como dirían los chinos, “Sin tigres en el monte, el mono es rey”)…. Y (mi favorito aunque no viene al caso), mucho te quiero perrico pero pan te doy poquico.